CaminosCategoriesAprendizajes Autoestima Blog Cambio personal Equilibrio interior

El misterioso equilibrio de ser una misma

 

 El misterioso camino de SER una misma. Sin perderse en el. Muchas veces nos encontramos ante el complicado escenario de tener que elegir entre lo que nos hace sentir bien y lo que complace a los demás. El difícil equilibrio entre lo que soy y lo que los demás esperan de mí. La ecuación de resultado perfecto que resuelva las incógnita de quién quiero ser, qué decisiones tomar, que elegir, a qué o quién renunciar. La mezcla magistral que resuelva el conflicto entre quién debo SER, que puedo HACER y  quién quiero SER.

Caminos
El difícil equilibrio de ser una misma

En esa incesante búsqueda de la armonía que nos sintonice definitivamente con nuestra música interior, caemos en  la trampa de exigirnos más de lo que podemos dar. Nos vaciamos viviendo dos vidas, cada una en un extremo de la balanza: en un plato un tiempo para satisfacer nuestras necesidades, en el otro, un tiempo para complacer  a los demás. Día a día, malgastamos nuestra energía en la extenuante batalla entre ser  honestas o ser sinceras, entre querer mucho o querer mejor, entre dar lo mejor o darlo todo, convirtiendo el día adía en una partida con un único jugador, un tira y afloja con un perdedor conocido… que es otra que nosotras mismas.

Ante este reflejo, y como nos diría al oído Mario Benedetti en uno de sus poemas, es bueno  hacer una pausa y contemplarnos, conectarnos con lo que somos y con lo que queremos ser. Hacernos las preguntas correctas. Restarle importancia a los porqués. ¿Por qué me pasa lo que me pasa?, ¿por qué me pasó lo que me pasó? De qué vale. Lo verdaderamente importante es qué vas a hacer a partir de ahora. Y tú sabes la respuesta, que nos es otra que dar la cara y si hace falta, partírtela. Salir afuera, con la cabeza bien alta.  Seguir adelante, coger lo que te ha pasado y convertirlo en algo que valga la pena.

Y en ese viaje, da lo mejor de ti, hazlo lo mejor posible, no tienes que demostrarle nada a nadie, sólo a ti. Poner el foco en hacerlo todo perfecto es agotador y además imposible.

Equivócate. Es un paso necesario que te hará más sabia y te ayudará a crecer. Pierde el miedo a cometer errores. Deja de castigarte, de culparte cada vez que metes la pata o algo no sale como quisieras. Acéptalo. Acéptate. Hazte cargo de tus fallos y sigue adelante.

Confía en ti y en tus recursos.  Despréndete de tu necesidad de controlarlo todo. Es una batalla perdida.

Valora lo que tienes, disfruta lo que has conseguido. De los pasos que vas dando .De los procesos y no tanto de los  resultados. Del viaje y no del hotel.

Y si algo te hace daño, déjalo ir. No estás obligada a nada. Sólo a estar en paz y satisfecha con lo que eres y con lo que has conseguido. Siendo tú. Con tus sombras y tus luces, con tus aciertos y tus errores. Sin deudas ni hipotecas emocionales.