No te empujaré a hacer aquello que no desees porque te acabaré tirandoCategoriesAprendizajes Autoestima Blog Cambio personal Coaching Crecimiento personal

No te empujaré a hacer algo que no desees porque te acabaré tirando.

No te empujaré a hacer algo que no desees porque te acabaré tirando.

Respetaré tu momento. Sí algún día necesitaras de mi, te prestaré mis manos y mi tiempo

No te obligaré  a construir aquello para lo que todavía no estás preparada.

No hablaré  por ti porque estoy segura de que tú sabrás encontrar las palabras adecuadas para hacerte entender y explicar lo que te pasa.

No cuidaré de ti. Si lo permites, te acompañaré en el camino, porque estoy segura en que tú sabrás cuidarte.

No caminaré por ti, porque tengo la seguridad que tus piernas son fuertes y te llevarán lejos.

Tampoco pensaré por ti porque sé que eres libre para hacerlo.

No me pondré en tu lugar, porque he aprendido que las personas necesitan su espacio.

No soñaré por ti, porque entonces no serán tus sueños si no los míos.

No reiré por ti, porque sé que tu felicidad  depende solamente de ti.

Tampoco lloraré por ti, porque he comprendido que  necesitarás de la tristeza para descubrir  y valorar lo verdaderamente importante en tu vida.

No amaré por ti, porque el amor te hará invencible.

No caeré por ti, porque bien sabes que los fracasos te harán más sabia.

No me  levantaré por ti….pero estaré ahí para ver como lo haces.

Y no te empujaré a ser…quien tú no quieras ser.

 A veces lo más complicado en un acompañamiento en un proceso de cambio es hacer ver al otro/a ( a veces a nosotras mismas) que es imprescindible dejar las prisas colgadas en el perchero. Que la impaciencia es prima muy lejana de la ciencia y que un buen plato se hace a fuego lento . Y que para degustarlo es necesario poner todos los sentidos sobre la mesa.

( Y como siempre, para finalizar…un enlace para seguir enlazados)

A mayor exigencia mayor resistenciaCategoriesAutoestima Blog Cambio personal Coaching Crecimiento personal

A mayor exigencia, mayor resistencia

La extraña tortura de exigirnos más allá de nuestros límites. De pedirnos escalar ese Everest particular sin oxígeno ni sherpa en que hemos convertido nuestros días. En el Himalaya tienen un dicho a la hora de escalar una montaña: «Empieza como un viejo si quieres acabar como un niño«.

Dar el 100% no es darlo todo, en todo momento y a todos. Dar el 100% es dar lo mejor de de ti. Nada más…y nada menos. Es comprometerse hasta las cachas y disfrutar del camino.

Buscar tu mejor versión no es una descarga continua de actualizaciones de ti misma. No eres un aplicación, ni un programa. Ni nada punto 0. Además, que coño, en tal caso eres una versión original. UNA V.O única. Eres TÚ y los pasos que vas dando.

La búsqueda de la perfección es sacar un billete a ninguna parte. Una celda sin barrotes para una pena sin condena. Hazlo lo mejor posible, de eso se trata,¿no?. ¿Acaso conoces una puesta de sol perfecta, un río perfecto, un cielo estrellado perfecto? Su belleza radica en su singularidad, en su misterio…en su magia.

El miedo a perder el control nos hace perder el control. Intentar controlarlo TODO es el camino más corto para acabar no controlando NADA. Saberlo todo, planificarlo todo antes de de dar el siguiente paso posiblemente hará que ese paso tarde mucho más de lo deseado. Un bucle infernal de dudas, de parálisis, vamos, UN SINVIVIR.

Hay preguntas que no tienen repuesta, ¿qué hubiera pasado sí…? ¿Y si?… De la misma forma que no hay gatos con tres pies. Buscar  repuestas lógicas a preguntas ilógicas es una mala estrategia para acabar bien el día.  

 Diferencia bien si tienes un problema o tienes un conflicto. 
 En un PROBLEMA están  involucrados TÚ y un OBJETO, TÚ y un DESEO o TÚ y una NECESIDAD. Para buscar la solución utiliza la lógica y la razón. 
 En un CONFLICTO están involucrados TÚ y TÚ, TÚ y OTROS/AS o TÚ y el MUNDO. Para encontrar la solución usa la empatía y la comunicación. Y si crees que esto es un lío, échale un vistazo a este enlace.

¿Y realmente, vale la pena alcanzar el equilibrio exterior (satisfacer la expectativas ajenas) a costa de perder tu equilibrio interior?, ¿Es rentable acostarse todos los días con la lengua fuera para sentirte una fuera de serie?, ¿En serio?. ¿Qué precio estás pagando para conseguir el aprecio? ¿ En quién te estás convirtiendo si no inviertes un poco en azucarillos para el alma?. 

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Hoy es un buen día para mejorar tu autoestima

Creer, Crecer
Saber que puedes es el primer paso

Si tuviese que darte un consejo, UN ÚNICO CONSEJO para mejorar tu autoestima sería este: mejora tu diálogo interior. Mírate con buenos ojos. Habla bien de ti. Trátate con infinita dulzura. Eres un ser mágico y especial. Un ser en peligro de extinción. Insustituible habitante de este planeta llamado Tierra. No hay nadie como tu. Cuídate. Mímate. Quiérete, Acéptate. Valórate. Piensa bien de ti…y acertarás.

Si este consejo no fuera suficiente te diría: camina las calles con la cabeza alta, no te escondas. Sal de ti, muéstrate en todo tu esplendor. Estás llena de paisajes que deben ser admirados.
Y como no hay dos sin tres, te diría que desdramatices, que vivas permitiéndote errores y permitiéndoselos a los demás. Que nada es una catástrofe. Que mortificarse es una forma mas de hacerse daño o disfrazarse de víctima sin verdugo.
Y ya puestos, piensa en positivo. Fíjate en tus fortalezas, en las oportunidades que el día te ofrece. Si te cambias de ropa todos los días también lo puedes hacer con tus pensamientos. Se optimista. Se positiva. Mira tu lado bueno y el lado bueno de las cosas.Tus pensamientos crean tu realidad. Así piensas, así vives.
Y tampoco estaría de más que te dijese que no te olvides de hacer ejercicio físico, de leer, de quedar con los amigos, de escuchar música, de hacer de tu vida el sitio de tu recreo: Despierta, vive, interpreta el papel de tu vida. Tu eres la protagonista. Salta, ríe, llora, crea y recrea. Y si es tu deseo,adopta un UNICORNIO. Es tu vida. Es tu decisión.
Y hablando de unicornios, te dejamos un post que puede abrirte caminos para cabalgar a tu aire¡¡

 

http://jaimeburque.com/blog/manana-me-pongo-a-ser-feliz-y-otros-obstaculos-que-nos-impiden-cambiar-nuestra-vida/

 

 

 

La santa locura de dejarse en pazCategoriesAprendizajes Cambio personal Coaching Crecimiento personal Libertad Trasnformacion

La santa locura

   Es hora de reivindicar la santa  locura. De festejar el baile  de  libertad y  plenitud que supone dejar de estar en contacto con lo que debería ser , con lo que se espera, con lo normal y lo correcto.   La danza en la que somos capaces de dejarnos en paz, de romper las cadenas y volver a sentirnos en lugar de pensarnos.

 Siempre hay tiempo para volver a ser niños descalzos sobre la hierba mojada. De escapar de la esclavitud. De romper con todo durante un instante. De ser dueños del caos.  De hacer limpieza.  De rebajar la tensión y vomitar cuando la digestión mental se nos hace ya demasiado pesada.

Es hora de festejar que se nos valla la pinza, que se nos valla la olla, que perdamos los papeles. De tocar guitarras que no existen, de cabalgar unicornios rosas, de correr con tacones buscando charcos.

 Es hora de sentirnos terriblemente maravillosos. Terriblemente libres. Infinitamente vivos.

Solo en la locura  es capaz de habitar la genialidad, el  amor incondicional, el valor  suicida e intenso de sentirse vivos. Vivos para reír, para crear,  para explorar paisajes nunca antes visitados mas allá de los límites de lo que se espera de cada uno de nosotros.

Anímate.  Date el gusto. Haz una lista de diez locuras que te gustaría hacer antes de que acabe el año. No se, apúntate teatro, haz rafting. monta en globo, coge un autobús solo por el placer e recorrer la ciudad, baila bajo  la lluvia,escribe postales a  tus viejos amigo a ver que pasa. Recorre la estación de tren buscando abrazos.Improvisa. Arriesga.

Siente como la vida te recorre. Coma cada poro  de tu piel vale la pena.

Siente que eres única, que eres especial, que no hay nadie como tú sobre la faz de este planeta llamado tierra.

 

 

 

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APRENDER A EMPRENDER

Aprender a Emprender….Miedo al fracaso, miedo al día después de fracasar, miedo a defraudar y defraudarte. Ansiedad y estrés.  Perder la motivación, agotar la pasión o la ilusión, sentirte solo, perder tu esencia,  arruinarte…ideas y sensaciones comunes que anidan muy a menudo la mente de un emprendedor/a en el largo trayecto que va  desde el sueño de una idea al vértigo de apostarlo casi todo, ponerse en marcha y subirse a un barco llamado EMPRENDER.

 Emprender es desde el primer día un viaje apasionante. Una aventura intensa , llena de nuevas experiencias y  de nuevas oportunidades . Mañanas de duda y  tormenta emocional,  alternándose con  magnificas puestas de sol llenas de motivación y optimismo

Un viaje en el que descubriremos que centrarnos en nuestras fortalezas será  fundamental  para manejar nuestras debilidades. Que marcar claramente  los objetivos que queremos conseguir  hará  que identifiquemos  mejor los obstáculos. Que si bueno es saber de donde venimos, mejor es saber a donde vamos. Que la mejor manera de gestionar el estrés es gestionar los tiempos.  Que puestos a pensar, es mejor hacerlo de forma positiva. El optimismo es imprescindible para mantener la motivación.

Días en las  que tendremos que que acostumbrarnos  a  hacer de la incertidumbre una entrañable compañera de viaje. En la que  defender la esencia y la identidad de nuestro  proyecto es y será una lucha mas cotidiana de lo esperado. En que manejar nuestras emociones, crecer en la crisis, lidiar con los miedos, aprender de cada fracaso y entender este como parte del camino serán fundamentales a la hora de alcanzar nuestro objetivo

En definitiva,  EMPRENDER   es mucho más que una idea o un proyecto, un plan de negocio, un plan financiero o una estrategia de marketing

Emprender también es un viaje de descubrimiento  personal.  Un viaje a la mejor de nosotros/as mismos.

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manifiesto tactocontacto

 

No te  empujaré a  hacer algo que no quieras, porque sé que te acabaré  tirando.

No  te obligaré a construir aquello para lo que todavía no sientas la necesidad. Respetaré tus tiempos. Si algún día necesitas de mí,  te prestaré  mis manos y mi tiempo.

No hablaré por ti, porque estoy seguro de que sabrás encontrar las palabras adecuadas para hacerte entender y explicar lo que te pasa.

Yo no cuidaré de ti, te acompañaré en el camino si así lo deseas, porque confío en que tú te sabrás cuidar.

Yo no caminaré por ti, porque tengo la seguridad  que tus piernas son fuertes y te llevaran lejos.

Tampoco pensaré por ti porqué sé que eres libre para hacerlo

No me pondré en tu lugar, porque he aprendido que las personas necesitan su espacio.

Yo no soñaré por ti porque entonces no serán tus sueños si no los míos.

No reiré por ti, porque entiendo que la felicidad es cosa de uno.

Como tampoco lloraré por ti, porque necesitarás de la tristeza para descubrir y valorar lo verdaderamente importante.

 

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Soñar, imaginar, hacer

Solo puedo hacer aquello que puedo imaginar. Y solo puedo imaginar aquello que puedo soñar.

Y no soñamos con diagnósticos, ni con perfiles,  ni con patologías de la mente y del cuerpo que aparecen en manuales de diagnóstico. Tampoco soñamos con un lenguaje técnico e indescifrable para lograr el respeto y mostrarnos como expertos. No soñamos con despachos, ni mesas, ni tabiques que me separen de las personas. Con salas de espera que desesperan. Con estanterías repletas de tratados y paredes que muestren las capacidades profesionales, pero no humanas, que aventuramos poseer. Nuestros  pacientes son personas impacientes que encuentran cuando no buscan. No soñamos con grandes intervenciones ni rebuscadas hipótesis para resolver los conflictos cotidianos. No soñamos con la transferencia ni con los mecanismos de defensa. Tampoco con el inconsciente individual ni el colectivo. No soñamos con pacientes que sientan y piensen como nosotros al final de la sesión. No soñamos con tener la razón.

Imaginamos espacios abiertos y relaciones horizontales . Ser el que aprende y no el que enseña. Imaginamos el tacto entendido como respeto el tiempo y el contacto como respeto en el espacio. Imaginamos la palabra como el mejor tratamiento y la imaginación como la mejor estrategia. La motivación como el motor de cualquier cambio y la creatividad como el combustible más eficaz.

Imaginamos lo inesperado, lo no buscado. Lo improbable. Lo imposible. Nos imaginamos equivocándonos, y equivocándonos cada vez mejor. Nos imaginamos sin miedo a crear, a improvisar, a arriesgar. A reconocernos unos ignorantes ilustrados.

Imaginamos  lugares que favorezcan las puestas en común. Paredes que hablen y ventanas que digan. Imaginamos la pedagogía de las cosas comunes. Globos y cuerdas. Guantes y embudos. Lápices y colores. Sofás que inviten al dialogo y alfombras voladoras que nos lleven más allá de la razón. Imaginamos lámparas mágicas llenas de genio e ingenio que nos hagan creer y crecer. Imaginamos libros que nos lean y cuadernos que nos hablen. Imagino plantas, y flores, y fruta, y cojines y películas, y músicas del mundo y frases bailando por los techos. Imaginamos un jardín para el café de media tarde. Imaginamos el mar como ansiolítico, el río como antidepresivo, las calles vacías como relajante muscular. La playa, la montaña, el baile, el bosque, la arena, la pintura, el camino, las estrellas como expertos terapeutas

(Hacer es crear, es creer, es crecer….es amar)